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Writer's pictureiván garcía lópez

Henri Michaux. De "Apariciones".

Updated: Oct 23






APARICIÓN


Colmada de mí.

Colmada de ti.

Colmada de las velas interminables de quereres oscuros.

Colmada de pliegues.

Colmada de noche.

Colmada de los pliegues indefinidos, de los pliegues de mi vigía.

Colmada de lluvia.

Colmada de fracturas, de restos, de montones de restos.*

De gritos también, sobre todo de gritos.

Colmada de asfixia.

Tromba lenta.




EN LOS LIMBOS LUMINOSOS


Aureolada

aureolada

aureolada como sofocada

cuando se enciende en mí un negro profundo.

Liberada

encadenada

agobiada, accediendo a la calma momentánea

o furiosa, golpeando con el mazo la frente del opositor

Desplegada

recogida

derramada

anastomosándose.


Aureolada.




CAMINANDO


Caminando,

caminando,

vendedor de rostros azotados y de pájaros inquietos,**

caminando en la ciudad abrasada,

vendedor de estelas perdidas,

de fantasmas de viento, de agua, de olores,

caminando con una vida de perro,

caminando,

caminando.



A LA ESPERA


Un ser loco,

un ser faro,

un ser mil veces tachado,

un ser exiliado desde el fondo del horizonte,

un ser enfurruñado en el fondo del horizonte,

un ser gritando desde el fondo del horizonte,

un ser flaco,

un ser íntegro,

un ser orgulloso,

un ser que querría ser,

un ser en el batimiento de dos épocas que se entrechocan,

un ser en los gases deletéreos de las conciencias que sucumben,

un ser como en el primer día,

un ser




OJO


¿Quién hablará del peso

de las miradas en la vida?


Ojo,

ojo,

ojo como Aum,

ojo como fluye el agua,

como retornan las olas,

como abandona la palma,

como vuelve a partir el ausente,

como la desdicha repentina enguata un mundo,

y al mismo tiempo lo extiende.


Ojo eternidad.



QUE DESCANSE EN REBELIÓN


En lo negro, en la noche será su memoria

en lo que sufre, en lo que rezuma

en lo que busca y no encuentra

en la lancha de desembarco que revienta en la playa

en la partida sibilante de la bala que traza

en la isla de azufre será su memoria.


En aquel que tiene su fiebre en sí, a quien no importan las paredes

En aquel que se lanza y sólo tiene cabeza contra las paredes

en el ladrón no arrepentido

en el débil para siempre recalcitrante

en el soportal destripado será su memoria.


En la ruta que obsesiona

en el corazón que busca su playa

en el amante cuyo cuerpo huye

en el viajero roído por el espacio.


En el túnel

en el tormento que gira sobre sí mismo

en el impávido que osa ofender el cementerio.


En la órbita inflamada de los astros que chocan estallando

en el barco fantasma, en la novia ajada

en la canción crepuscular será su memoria.


En la presencia del mar

en la distancia del juez

en la ceguera

en la taza de veneno.


En el capitán de los siete mares

en el alma de aquel que lava la daga

en el órgano de caña que llora por todo un pueblo

en el día del escupitajo sobre la ofrenda.


En el fruto de invierno

en el pulmón de las batallas que se reanudan

en el loco en la chalupa.

En los brazos torcidos de los deseos para siempre insatisfechos será su memoria.




Y ES SIEMPRE


Y es siempre la perforación por la lanza

el enjambre de avispas que se precipita sobre el ojo

la lepra

y es siempre el flanco abierto


y es siempre el enterrado vivo

y es siempre el tabernáculo quebrado

el brazo débil como una pestaña que lucha contra el río

y es siempre la noche que regresa

el espacio vacío pero que acecha


y es siempre la vieja correa

y es siempre el enterrado vivo

y es siempre el balcón desplomado.

El nervio pellizcado en el fondo del corazón que se acuerda

el pájaro baobab que vapulea el cerebro

el torrente donde el ser se precipita

y es siempre el encuentro en la tormenta

y es siempre el borde del eclipse

y es siempre tras la empalizada de las células

el horizonte que se aleja, que se aleja.



Notas del traductor:

*Juego de palabras: Emplie de bris, de débris, de monceaux de débris.

**Juego de palabras. Marchand (vendedor) y marchant (caminando) son homónimos.



---

Henri Michaux. De "Apariciones". En La vida en los pliegues. Traducción de Víctor Goldstein. Buenos Aires: Ediciones Librerías Fausto, 1976.





 

DE PASAJES


¿Qué hago yo aquí? Yo llamo. Yo llamo. Yo llamo. Yo no sé a quién llamo. A quién llamo no sé. Yo llamo a alguien débil, a alguien quebrado, a alguien altivo que nada ha podido quebrar. Yo llamo. Yo llamo a alguien de allá, alguien a lo lejos perdido, alguien de otro mundo. (¿Era pues mentira, mi fuerza?) Yo llamo. Ante este instrumento tan claro,

no es como sería con mi sorda voz. Ante este instrumento que canta que no me juzga, que no me observa, perdiendo toda vergüenza, yo llamo,

yo llamo,

yo llamo del fondo de la tumba de mi infancia

que se encoleriza y se contrae aún,

del fondo de mi desierto presente,

yo llamo,

yo llamo.

El llamado me asombra a mí mismo.

Aunque sea tarde, yo llamo.

Para desmoronar mi cielo raso sin duda sobre todo

yo llamo.


"Poema". Traducción de Arturo Carrera. El Cielo 1 (septiembre-octubre de 1968). Tomado del Archivo Histórico de Revistas Argentinas.



 

EN LA NOCHE

En la noche En la noche Me he unido a la noche A la noche sin límites A la noche. Mía, bella, mía. Noche Noche natal Que me colmas con mi grito Con mi trigo Tú que me habitas Que haces olas olas Que haces olas por todas partes Y humeas, y eres tan densa Y muges Eres la noche. Noche que yace. Noche implacable. Y su fanfarria, y su playa, Su playa en lo alto, su playa en todas partes, Su playa bebe, su peso es rey, y todo se hunde bajo él. Bajo él, más delgado que un hilo. Bajo la noche La Noche. 


--

Traducción de Jorge Esquinca.

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