Traducción de Manouchehr Eftekhar (1)
Yo no soy como aquellas personas que, cuando ven que alguien ha tenido una experiencia dolorosa por golpearse con una piedra, concluyen que no se debe ir hacia la piedra. Hasta que yo misma experimente el romperme la cabeza con una piedra, no entenderé el significado de ésta. Quiero decir que yo, después de leer la obra de otros poetas como Nima Yushij (2), he escrito muchos malos poemas. Yo necesitaba crecer en mí misma, y este crecimiento requiere tiempo. Con las pastillas de vitaminas de golpe no se puede crecer. Llegar a ser alto es algo aparente, los huesos en sí mismos no crecen. En todo caso, hubo un tiempo en que escribía poesía y de modo natural en mí bullía. Cada día dos o tres poemas: en la cocina, en el momento de utilizar la máquina de coser; en fin, versaba porque uno tras otro leía libros de poesía. De este modo, obtuve riqueza poética y también logré un pequeño talento que de algún modo debía devolver. No sé si era poesía o no, sólo sé que fueron fáciles y sinceros.
“Todavía yo no estaba hecha; el lenguaje, la forma y el mundo del pensamiento específicamente mío aún no lo había encontrado. Estaba en un ambiente pequeño y estrecho que podría llamarse la vida familiar. De repente me quede vacía de todas aquellas palabras, cambió mi ambiente. A la fuerza y de modo natural cambió. El muro y La rebelión en realidad son un intento desesperado entre dos etapas de la vida: son las últimas respiraciones antes de un tipo de liberación, cuando el hombre llega al pensamiento. En la juventud los sentimientos tienen raíces débiles, pero más atracción. Después, si no son dirigidos o si no son el resultado del pensamiento, se secan y mueren. Yo he observado el mundo alrededor; los objetos, las personas, y las líneas esenciales de este mundo las descubrí y cuando quise hablar de ellas vi que necesitaba las palabras, nuevas palabras que se relacionaran con aquel mundo. Si hubiese tenido miedo, hubiera muerto. Sin embargo no tuve miedo. Encontré las palabras. Que éstas aún no tengan carácter poético no depende de mí. Tienen vida. Las palabras se poetizan cuando se convierten en poesía, por tanto, se requieren cambios e intervenciones en los ritmos. Si esta necesidad no hubiera ocurrido de modo natural, la influencia de Nima sería inútil. Él fue mi guía, pero yo soy constructora de mí misma. Yo siempre tuve confianza en mis propias experiencias. En ellas me apoyaba. Primero tenía que descubrir cómo Nima había descubierto su propio lenguaje y forma. Si no lo hubiera hecho no hubiese tenido resultado, porque me habría convertido en un imitador sin moral. Tuve que ir a aquel camino; es decir, tuve que vivir. Cuando digo “es necesario”, este “deber” significa un tipo de tenacidad natural e instintiva en mí.
“Aparte de Nima, otros muchos me fascinaron. Por ejemplo, Ahmad Shamlú (3). Él, desde la estética poética, el gusto poético y mi sentimiento, está muy cerca de mí. Cuando leí: “La poesía es la vida”, entendí que las posibilidades de la lengua farsi son muy grandes. Mediante esta lengua y sus cualidades se puede hablar de un modo sencillo, tal como ahora estoy hablando con ustedes. Sin embargo el descubrimiento no es suficiente. Bien, una vez que lo descubrí me pregunté ¿después, qué? Inclusive para hacer mimesis se requiere experiencia. Debería de una forma natural, en mi interior y según mis necesidades, sentir y pensar, ir hacia este lenguaje. Y este lenguaje de modo natural en mí estaba formándose. Yo creo en este camino. He caminado con un objetivo: escribir mucho.
“Yo soy una persona sencilla. Precisamente cuando quiero hablar, ser sencilla en mí es una necesidad. Yo nunca he estudiado ritmo prosódico. Lo encontré en los poemas que estaba leyendo, así que para mí no eran órdenes: eran caminos que otros habían caminado. Una cosa que me hace feliz es que no me he hundido en nuestra literatura clásica y no he estado enamorada de la literatura occidental. Yo estaba en la búsqueda de algo en mi interior y en el mundo alrededor —en una época concreta que desde la vida social y la del pensamiento, y el ritmo de esta vida, tiene cualidades especiales mías, la clave está en que las entendamos y las incorporemos a la poesía. Para mí las palabras son muy importantes. Cada palabra tiene su propio espíritu, del mismo modo que los objetos. Yo no estoy atenta a la antigüedad poética de las palabras y los objetos. No importa que hasta ahora ningún poeta haya usado la palabra ‘explosión’ en sus poesías. Yo, desde la mañana hasta la noche, en cualquier lado que miro algo está explotando. Cuando yo poetizo, no puedo traicionarme a mí misma. Si la visión es la visión de hoy día, el lenguaje también encontrará sus propias palabras y la armonía en estas palabras; y cuando el lenguaje se está construyendo y tiene unidad y es sincero, conllevará también su propio ritmo y así influirá en las tonalidades corrientes.
“La frase simplemente toma forma en mi cerebro y yo la escribo. Yo doy forma de un modo sencillo a la frase sobre el papel y el ritmo es como un hilo que entre las palabras pasa, sin ser visto, solamente las sostiene y no las deja caer. Si la palabra “explosión” no cabe en el ritmo y, por ejemplo, lo interrumpe; entonces esta interrupción es como un nudo en el hilo. Con los nudos se puede también crear el principio del “nudo” e integrarlo en el ritmo de la poesía. Del conjunto de los nudos se puede crear la uniformidad y la armonía. ¿No te parece que Nima hizo lo mismo? En mi opinión, es tiempo de sacrificar los “conceptos” por razones de respeto al ritmo pasado. En la lengua farsi existen ritmos que golpean menos y se acercan al ritmo de la conversación. Se pueden tomar y ampliarse. El ritmo se debe crear de nuevo y aquello que construye el ritmo debe administrar al ritmo —a diferencia de los tiempos pasados—: el sentido del lenguaje, el instinto del lenguaje, y la expresión musical natural de las palabras. La cuestión del ritmo es del sentimiento y no es una cuestión de lógica–matemática. Mi oído debe aceptarlo. Cuando me preguntan acerca del lenguaje y del ritmo y a qué tipo de posibilidades he llegado, sólo puedo decir que he llegado a la sinceridad y lo simple (lo sencillo). Esta cuestión no se puede mostrar con las figuras geométricas. Se debe elegir palabras reales y con más sentido, aunque las palabras no sean poéticas se deben a la forma, y no intentar llevar las palabras a la forma. El exceso de ritmo se debe dejar fuera. ¿Y si se deconstruye? Que sea así. Si su sentimiento y sus palabras tienen su propia fluidez, enseguida este daño “convencional” se puede recuperar. De estas deconstrucciones es de donde se puede crear algo nuevo. Cuando la capacidad del oído está limitada, el talento de la aceptación no será limitado. Estos nuevos sonidos deben ser descubiertos; la dificultad consiste en que la cuestión del lenguaje y la del ritmo son inseparables. Están juntos y la llave de acceso a ellos está en ellos mismos.
“Sin embargo, referente a mi propia poesía, si usted piensa que el problema de la forma en mi poesía está resuelto o hay una autonomía entre los elementos de mi poesía, yo pienso que esto es el resultado de un modelo de elección y no depende de los momentos de la creación. Hay que ir paso a paso, como cuando uno estudia inicia desde la infancia hasta llegar a la universidad. Yo aún no sé en qué curso estoy, sólo sé que todo con su propia dinámica se forma y esto quiere decir descubrirse a sí mismo y llegar a sí mismo. Ahora los gestos, los pensamientos, los sentimientos, los entendimientos y las percepciones son los que, en secreto pero decisivamente, me guían. La poesía, como el hombre, debe llegar a ser adulta, después puede hacer cualquier cosa, después de esta etapa apenas la poesía tiene derecho a ser expresada. De todos modos hay que superar esta fase. Tal vez todo el mundo piensa que esta etapa ya está superada. Tal vez tengamos demasiada auto-confianza, en todo caso, se debe llegar a la sabiduría. Hasta en la vida cotidiana y normal. “La dificultad estriba en que aún no puedo expresar todo lo que deseo. Yo soy vaga. Siempre huyo de mis cualidades positivas y me dejo en la mano de los aspectos negativos de mí misma. Y todo ello influye, sin lugar a dudas, en mi poesía. Cuando observo mi libro Nuevo Nacimiento me da pena. Es el resultado de cuatro años de mi vida. Es muy poco. Yo no sopeso mis poesías colocándolas en una báscula; sin embargo, esperaba y espero más de mí misma. En la noche, al momento de acostarme me pregunto: ¿Qué he estado haciendo durante el día? Quiero decir que podría tener un crecimiento poético más acelerado, pero en lugar de apoyarlo lo he frenado con las desesperanzas filosóficas y la falta de ganas, que son resultado de un pensamiento limitado de pedir demasiado y tener grandes expectativas de la vida.
“No puedo saber donde tengo más éxito, pero saberlo no es necesario. Por lo que debo pasar, la poesía fluye. No puede quedarse en una forma bella. Pensar en el éxito engaña al hombre. Nos hace orgullosos e inmóviles. Yo quiero vivir, encontrar y aprender nuevas cosas. No obstante, conozco mis fallos. Yo estoy más interesada en el contenido. Ahora tengo también más años y para una mujer los treinta significan madurez. Sin embargo, el contenido de mi poesía no es el de una poeta de treinta años, es más joven. Y esto en mi libro es un defecto. Se debe vivir informado, consciente, con inteligencia y con sentido común. No tuve una educación mental con base en un método correcto, así que mis lecturas han sido desordenadas y he vivido por pedazos; el resultado es que tarde en despertar. Yo siempre creo más en la última poesía que en cualquier otra. El periodo de esta creencia es muy breve. Después pierdo el interés y todo me parece simple. De mi libro Nuevo Nacimiento me quedaría con la parte final para empezar de nuevo. Un tipo de inicio mental. El problema del lenguaje por sí mismo se resolverá y el lenguaje creará el ritmo. Lo principal es lo mental y el contenido. Pienso que todas las personas que se dedican a la tarea artística su razón —o una de sus razones— es un tipo de necedad inconsciente de enfrentarse con la muerte. Estas personas son las que aman la vida y que entienden del mismo modo la muerte. La tarea artística es un intento por permanecer o dejar algo de uno mismo en este mundo y negar el significado de la muerte. A veces pienso que es verdad que la muerte también es una ley natural y que las personas sólo frente a la ley sienten que son pequeñas. Es un problema que no tiene solución, contra ella no se puede luchar, es inútil. Quizás así es mejor. Esto es una interpretación general que tal vez sea estúpida. La poesía es para mí como un amigo que cuando lo veo puedo contarle mis cosas tranquilamente. Es un gemelo que me completa, me satisface, sin molestarme. Hay personas en la vida que para recuperar sus ausencias se refugian en otras personas. Pero nunca las recuperan —si fueran recuperables, esta relación ¿no sería la más grande poesía del mundo y de la existencia? La relación entre dos personas nunca podrá completar o perfeccionar a alguno de los dos —precisamente en esta época—, en todo caso hay gente que se refugia en estas cosas. La poesía para mí es como una ventana que cuando paso por su lado automáticamente se abre. Así que me siento allí, y contemplo, canto, grito, lloro. Me unifico con la imagen de los árboles, y sé que al otro lado de la ventana hay un espacio y una persona que me oye. Una persona que probablemente estará dentro de 200 años, o que 300 años antes ya existía. No hay diferencia —a pesar de ello es un medio para comunicarse con la vida, en un sentido amplio. Lo bueno es que cuando una persona recita poemas puede decir: yo también existo o yo existía. De otra manera, si no fuera así, ¿cómo uno podría decir que yo existo o yo existía?
“Yo en mis poemas no busco nada sino que en ellos me encuentro a mí misma. Pero en la poesía de otros, o en la poesía en general…, algunas poesías son como las puertas abiertas donde ni de este lado ni del otro hay nada —se debe decir que pena con la hoja de papel. En todo caso hay poemas que son como puertas cerradas que cuando las abres descubres que te han engañado, no merecían la pena abrirse. El vacío es tan terrible que el recargado de este lado no recupera nada. Lo esencial está en otra parte. Este modelo de trabajo es como una broma o un engaño. En una poesía verdadera y real uno puede parar durante mucho tiempo y aún se pueden encontrar cosas nuevas. En ella hay horizonte, hay espacio, hay belleza, hay naturaleza, hay hombre, hay vida y una unión sincera con todas estas cosas y una visión consciente y sabia de todas ellas. Yo gusto de este tipo de poemas. Quiero que la poesía agarre mi mano y me lleve consigo. Me ayuda a aprender a pensar, percibir, observar y sentir; es el resultado de una mirada, un pensamiento y un punto de vista acerca de las cosas. Yo pienso que la tarea artística debe estar acompañada de la conciencia y la percepción. Estar informado respecto a la vida, a la existencia, al cuerpo, ser consciente al comer una manzana. No se puede vivir solamente con el instinto. Es decir, un artista no puede y no debe hacerlo. El hombre debe tener una visión sobre sí mismo y del mundo exterior, y es esta necesidad la que obliga al hombre a pensar y tener esperanza. Cuando el pensamiento se pone en marcha el hombre está más seguro en su sitio. No estoy diciendo que el poema deba ser pensante, ni estúpido. Estoy diciendo que los poemas, como cualquier otro tipo de arte, deben ser el resultado del sentimiento, y las percepciones y el entendimiento que mediante el pensamiento y la educación deben ser guiadas. Cuando el poeta es consciente y realmente es un poeta, es decir un “poeta consciente”, ¿saben cómo sus pensamientos entran en sus poemas? Como una mariposa que viene detrás de una ventana o como una tortuga que descansa en el sol, así de fácil y bello.
“La poesía puede tener diferentes formas. A veces la poesía por sí sola es “poesía” —mi intención aquí al usar la palabra ‘poesía’ es nuestro sentimiento cien por ciento con respecto a ella y no su sentido general. Por ejemplo, cuando en el atardecer vemos un árbol y decimos cuánto es poéticamente– algunos poemas son así, quiero decir, son bellos. Acarician. En todo caso algunos poemas son poéticos. Desde luego estos son poemas. Sin embargo la poesía no se limita a ello. Esta tiene su propio lugar. La poesía es algo que puede ser la causa de delicadeza y belleza como sus elementos. Nuestro intento no puede ser reducido sólo a que otras personas queden contentas. No, la respuesta al arte no puede ser solamente para contentar. Construir y crear son dos cosas diferentes. Yo pienso que lo que realmente hace daño a nuestra poesía es la atención a la belleza. Nuestra vida es diferente. Es agresiva. Todo ello hay que agregarlo a la poesía. Nuestra poesía necesita recibir esta agresividad y las palabras que no sean poéticas para animarse y tener frescura.
“Refugiarse en una habitación cerrada y contemplar el interior de uno mismo en estas condiciones son inaceptables. Yo digo que el mundo abstracto de uno mismo debe ser el resultado de la búsqueda y la contemplación y de una permanente relación con el mundo exterior. El hombre debe contemplar hasta que sepa mirar y tenga la capacidad de elegir. Cuando el hombre encuentra su propio mundo entre la gente y en el fondo de la vida, entonces podrá llevarlo consigo mismo; y en el interior de aquel mundo puede tener contacto con el exterior. Cuando vas y vuelves de la calle a tu casa, algunas cosas de la calle quedan en tu mente y pertenecen a tu propio mundo personal. Sin embargo, si no vas a la calle y solamente te quedas en el interior de ti mismo, y te quedas satisfecho de ello por el simple hecho de pensarlo, no sabemos si tu pensamiento se adapta a la realidad de la calle y a las cosas que ocurren en ella. Posiblemente en la calle haya luz y tú, en cambio, pensarás que aún esta oscura; posible que haya paz y tú imaginarás que aún hay guerra. Este caso es un aislamiento negativo. Ni es el salvador del hombre y tampoco es constructivo. En todo caso la poesía nace de la vida. Todo lo que es bello y todo lo que crece es el resultado de la vida. No se debe huir y negar. Se debe ir y obtener experiencia. Incluso es necesario vivir los peores y terribles momentos y obtener de ellos experiencia desde la conciencia. El contacto con la vida y la existencia es necesario para cualquier artista. Si no fuera así, ¿de qué se alimentaría?
“Con respecto a la poesía no puedo pensar de modo limitado. Afirmo que la poesía está en todas las cosas. Sólo debemos encontrarla y sentirla. A pesar de tener una tradición clásica de poesía, los temas de nuestra poesía son limitados. O habla de una espiritualidad tan “elevada” que deja de ser humana o es un tipo de consejo y canto fúnebre. El lenguaje es un lenguaje especial y establecido. Entonces ¿qué hay que hacer? Nuestro mundo es un mundo diferente. Uno en el que el hombre está caminando sobre la luna, y algunos —desde luego nosotros no, sino otros— piensan que esto es solamente un problema científico, no. Entonces, se escribe un poema acerca de un cohete. Los sabios dirán: no, ¿dónde está el poeta? Como si éste fuera un ser lleno de expresiones tristes o de enamoramiento, o un ser doloroso y pobre que sólo sabe decir “yo tengo dolor” o “yo sólo sufro”. Los poemas no deben tener solamente el aroma de un perfume. Se debe permitir que algunos sean no poéticos, que sean imposibles de enviar a un enamorado. Cuando yo paso por una calle que está llena de un olor putrefacto de urea, no voy eligiendo el mejor perfume para describir el olor a urea. Esto sería una estafa. Uno debe llegar a un nivel de conocimiento. Yo no he aprendido poesía leyendo libros; si fuera así, ahora estaría escribiendo oda. Empecé a andar como un niño que se pierde en un bosque. Fui a cualquier lugar y me he fijado en todo y todas las cosas que me llamaron la atención y finalmente he llegado a una fuente y en ella me encuentro, es decir, yo y todas las experiencias del bosque. Ahora la poesía es un asunto serio para mí. Es una responsabilidad que tengo delante. Es un tipo de respuesta que debo dar a mi propia vida. Le tengo tanto respeto a la poesía como una persona religiosa la tiene por su religión. No puede basarse sólo en el talento. Crear una buena poesía requiere tanto esfuerzo y trabajo como un descubrimiento científico.
“También creo en otra cosa y es el “ser poeta” en todos los momentos de la vida. Ser poeta es ser humano. Conozco algunos que en sus comportamientos diarios no tienen nada que ver con sus poemas. Es decir, cuando dicen poemas son poetas. Y después termina. De nuevo son como una persona hambrienta con pensamientos limitados, pobres, celosamente pequeños; bien, yo no creo en las palabras de estas personas. Doy mucho valor a la vida misma, y cuando estas personas levantan sus puños y gritan, yo no les creo. Y además me producen odio. Me digo a mí misma “tal vez todo este ruido sólo es por sus propios intereses”. Pienso que cuando alguien se dedica a la tarea artística primero debe construirse a sí mismo y llegar a la perfección, si puede. Después sale de sí mismo y se observa como mediador de la existencia. Así podrá dar un aspecto generalizado a su percepción, pensamientos y sensibilidades”.
(1) Fragmentos de una entrevista con Forough Farrojzad (Teherán-Irán, 1935-1967) publicada en la revista Arash en los números 1 y 2 (Teherán). Fue realizada entre los años 1965 y 1966. Tengo dudas con respecto a la fecha de realización de la entrevista; según Nazanín Amirian (Forough Farrojzad: Noche en Teherán, 2000), está fechada en 1959. Yo no lo creo, por que Forough misma en la conversación indica que algunas obras suyas pertenecen a fechas posteriores a 1959. En el libro original, que yo he trabajado, tampoco se indica el nombre del entrevistador. El libro es: Una selección de los poemas de Forough Farrojzad, sexta edición, publicado por la Editorial Morvarid, Teherán, 1978.
(2) Nima Yushij (1895-1960) es el poeta que creó el movimiento poético moderno iraní durante la primera mitad del siglo XX. Referente a la obra de Nima Yushij, ver la Antología de Nima Yushij, Sohrab Sepehrí y Ahmad Shamlú. Tres poetas persas contemporáneos (Barcelona, Icaria, 2000). Ver también: www.angelfire.com/rnb/bashiri/Poets/Nima.html.
(3) Ahmad Shamlú (1925-1999), considerado el gran renovador de la poesía persa contemporánea. Existe traducción en español de Aurora (Madrid, Papeles de invierno, 1995). Ver también: www.angelfire.com/rnb/bashiri/Poets/Shamlu.html
"La poesía es una ventana que a mi paso se abre". En Armas y Letras 58 (2008), revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León. pp. 12-17. Edición digital: https://issuu.com/armasyletras/docs/numero58/2 http://www.armasyletras.uanl.mx/58/index.html
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