
El canto de las invasiones

La Canción de Amergin es una canción de guerra de los celtas pre-cristianos y se cree que fue compuesta alrededor del siglo IX, aunque algunos consideran que es mucho más antigua. Se le atribuye a Amergin –un druida y jefe guerrero conocido también como Rodilla Blanca– y se halla recogida en el Leabhar Ghabhála o Libro de las Invasiones, un manuscrito irlandés escrito en celta que relata “las sucesivas invasiones que sufrió la isla hasta la llegada de los Mil de España y sus hijos, descendientes del rey español Breogán”, de acuerdo con Ramón Sainero, especialista que tradujo todo el manuscrito.
La fama de la Canción de Amergin se debe sobre todo a las “reconstrucciones tentativas” de Robert Graves, quien la incluye en La diosa blanca y para quien “la educación poética inglesa debería comenzar, no con los Cuentos de Canterbury, ni con la Odisea, ni siquiera con el Génesis, sino con la Canción de Amergin, un antiguo calendario-alfabeto celta, del que hay variantes irlandesas y galesas deliberadamente distorsionadas y que resume el mito poético primordial”.
No disponemos de muchas coordenadas sobre este canto, pero la fuente más socorrida es el Libro de Leinster –escrito alrededor del 1100 con el beneplácito del rey de Leinster y al cual pertenece el Leabhar Ghabhála–, aunque tiene el reparo de haber sido hecho ya bajo dominio cristiano. En realidad, no hay una versión que pueda ostentarse como única, sino muchas versiones.
Como aspecto curioso, podemos mencionar que Adolfo Castañón, en un ensayo sobre María Sabina, relaciona de manera interesante la Canción de Amergin con los cantos de la chamana mazateca. Y, efectivamente, por más distancias que existan entre ambos mundos, la afinidad es asombrosa:
Soy la mujer luna
Soy la mujer que vuela
Soy la mujer aerolito
Soy la mujer constelación huarache
Soy la mujer constelación bastón
[…]
Soy la mujer de la brisa
Soy la mujer rocío fresco
Soy la mujer del alba
Soy la mujer del crepúsculo
Soy la mujer que brota
Otros, con mayores motivos, vinculan la Canción de Amergin con los poemas de Taliesin, poeta galés del siglo VI recordado por La batalla de los árboles, que Ramón Andrés cita en su Diccionario de música, mitología, magia y religión:
He sido una gota en el aire.
He sido una estrella brillante.
He sido una palabra en un libro.
He sido un libro en mi origen.
He sido una luz en una linterna.
[…]
He sido un puente para pasar
tres veintenas de ríos.
He viajado como un águila.
He sido un barco en el mar.
He sido un caudillo en la batalla.
He sido una espada en la mano.
He sido un escudo en la pelea.
He sido la cuerda de un arpa.
El contexto en que se compuso la Canción de Amergin, hasta donde se sabe, tiene que ver con una venganza. Cuando Ith, hijo de Breogán y explorador, es asesinado en Irlanda por algunos reyes de Tuatha Dé Danann, los milesianos viajan desde Brigantia (hoy La Coruña) para vengarlo. Entre los guerreros iba Amergin, quien al poner un pie en la playa de Inbher Colptha, comienza a entonar su canto: Am gáeth i m-muir / Am tond trethan / Am fuaim mara / Am torc ar gail… Toros (o ciervos), halcones, jabalíes, sagrados mares y cabezas degolladas son elementos de la mitología celta pre-cristiana que, en cada verso, van despertando distintas fuerzas o virtudes en los guerreros. La Canción de Amergin es un canto de imposición o afirmación, de vanguardia, porque antes de su desembarco habían sido repelidos por sus enemigos –druidas expertos también– con una tormenta, que Amergin despejó con otro canto. Así comienza la maravillosa saga de los milesianos en Irlanda.
Por último, queda decir que hice esta versión a partir de las traducciones de Stewart Macalister, Jerome Rothenberg y Ann Ross, así como de la edición castellana de Ramón Sainero (director del Instituto de Estudios Celtas de Madrid) y las “reconstrucciones” de Robert Graves.
Versión y nota de Iván García.
Publicado en La Jornada Semanal (17 de noviembre de 2018). Edición en papel disponible en Issuu.
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